¿Qué implica que las criptomonedas no estén reguladas y que sean descentralizadas?

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Para empezar...

¿Qué implica que las criptomonedas no estén reguladas y que sean descentralizadas?

Si eres un usuario frecuente del mundo de las criptomonedas o pretendes serlo, una de las preguntas que debes hacerte antes de empezar en el mundo cripto es ¿qué implica que las criptomonedas no estén reguladas y que sean descentralizadas? En este artículo te contaremos todo de forma sencilla y detallada.

A grandes rasgos, una criptomoneda es una forma de dinero digital que emplea la criptografía para asegurar y verificar transacciones. Sirven como método de pago seguro y como medio de cambio por otras criptomonedas. La criptomoneda más grande en capitalización de mercado es bitcoin, también conocida como la madre de las criptomonedas, ya que fue la primera y a partir de esta surgieron muchas otras criptomonedas. Al ser un mecanismo digital podemos enviarlas a cualquier parte del mundo en cuestión de segundos.

Lo mejor de todo es que las operaciones con criptomonedas podemos realizarlas sin necesidad de intermediarios como los bancos. Además, al igual que monedas como el euro y el dólar, podemos intercambiar las criptomonedas por bienes y servicios.

Uno de los rasgos más importantes de este sistema es que en muchos países no están reguladas y son descentralizadas.

¿Qué implica que una criptomoneda no esté regulada?

Desde el contexto de regulación, las criptomonedas no son consideradas como medio de pago. Esto significa que no cuentan con el respaldo de un banco central u otras autoridades públicas y no están cubiertas por mecanismos de protección al cliente como el Fondo de Garantía de Depósitos o el Fondo de Garantía de Inversores.

Debido a que estos criptoactivos no están regulados en la Unión Europea, las reglas de protección al consumidor no incluyen a sus usuarios. Estos usuarios, sobre todo los novatos, a menudo no están informados de los riesgos, y pueden perder dinero. El cada vez mayor auge de inversión en criptoactivos sin regulación puede llevar a la inestabilidad financiera, la manipulación del mercado y a los fraudes financieros. En muchos casos, al tratarse de transacciones anónimas, las criptomonedas pueden emplearse para realizar actividades delictivas. 

Por otro lado, el hecho de que las criptomonedas no estén reguladas también trae algunas ventajas. Ningún gobierno puede regular su uso o impedir que un usuario de un determinado país las utilice.

Con el paso del tiempo, el marco de regulación de las criptomonedas ha pasado de ser imperceptible a convertirse en un proceso que cada vez avanza más. La regulación del mundo de las criptomonedas crecido de forma exponencial en los últimos dos o tres años. Observando su evolución, podríamos asegurar que desde 2019 en adelante ha habido una revolución notable en el escenario legal aplicable al mundo cripto. Sin duda, el sector de la tecnología blockchain aún se sigue encontrando con un sinfín de retos, pero no hay que olvidar los avances. 

Con la regulación de las criptomonedas, muchos países permite, prohíben o advierten sobre el uso de las mismas. De hecho, hay países en los que, después de regular las criptomonedas, han invertido parte de su capital en ellas. Algunos de los países que han legalizado las criptomonedas son Argentina, Chile, Brasil, España, México, Venezuela y Estados Unidos, entre otros. Por otro lado, existen países que prohíben su uso. Entre ellos se encuentran Argelia, Bolivia, China, Egipto, Kosovo, Marruecos y Nepal.

¿Qué significa que las criptomonedas estén descentralizadas?

Las finanzas descentralizadas, o DeFi, se tratan de, a grandes rasgos, un ecosistema financiero alternativo en donde los usuarios pueden hacer transferencias, transacciones y préstamos con criptomonedas de forma independiente de las instituciones financieras y las estructuras regulatorias tradicionales y el sistema bancario convencional. El objetivo de este sistema es “desintermediar” las finanzas a través del uso de códigos informáticos a fin de eliminar la necesidad de confianza y participación de terceros en las transacciones.

Sobre estos mismos términos trabajan las criptomonedas descentralizadas. Sus usuarios no interactúan con una empresa de servicios financieros, por lo que nadie puede recabar sus datos de identificación personal ni reclamar la custodia de sus activos. En el mundo de las criptomonedas, el control lo tienen computadoras que realiza transacciones de forma automática, como la emisión de préstamos respaldados por criptomonedas o el pago de intereses sobre activos.

Cuando las criptomonedas están descentralizadas, nadie puede alterar las transacciones, detenerlas o adueñarse de los activos de los usuarios. Todo funciona de forma matemática, por lo que no hay margen de error. Al ser descentralizadas, un usuario puede enviar cualquier cantidad de dinero en cuestión de minutos desde cualquier parte del mundo sin enfrentarse a interrupciones de bancos o gobiernos. No tienen que dar explicaciones del origen de sus activos. Debido a que la red que se encuentra distribuida en una gran cantidad de ordenadores no depende de un ordenador central, por lo que es más difícil atacar la red o afectar a todo el sistema. De este modo también se evita la corrupción, ya que si se quisiera controlar la red sería necesario el control sobre más del 50% de los ordenadores que gestionan la red y no solo del ordenador principal.

Al estar descentralizadas, nadie tiene el control sobre ellas. Es por esto que los usuarios son los únicos responsables de salvaguardar sus criptomonedas. Como seguramente sepas, las criptomonedas se almacenan en wallets de los cuales el dueño posee una clave pública y una clave privada. La clave privada es la única vía para acceder a los activos, por lo que ningún banco podría expropiarlos o confiscarlos. Ni bancos ni ningún otro usuario podría acceder a nuestras criptomonedas. Por ello la descentralización también las hace más seguras.

Otra característica de la descentralización es que no hay una institución o gobierno que lo controle o pueda emitir más criptomonedas. Esto solo se puede hacer mediante la minería. Por ello, las criptomonedas están a salvo de la excesiva impresión de billetes de los bancos y el control de su circulación por parte de los gobiernos. 

Con el paso del tiempo seguramente las criptomonedas lleguen a estar reguladas en todo el mundo, pero su descentralización, que es la base de su desarrollo, nunca permitirá que sean controladas por alguno de ellos.